miércoles, 10 de abril de 2013

WARGAMES DE MINIATURAS: LA HISTORIA DE ESTE PEQUEÑO GRAN HOBBY.


INTRODUCCÓN

Para los aficionados a este mundillo conocer la historia bélica de la humanidad es una parte crucial del hobby, muchos conocen al dedillo campañas enteras de Napoleón, de Alejandro Magno o del bueno de Monty. Pero tras indagar un poquito, preguntar por aquí y por allá te das cuenta que conocemos el hobby pero no tenemos ni idea de donde viene. Este artículo nace con la intención de arrojar un poco de luz sobre la historia misma del wargame, no es una enumeración de todos y cada uno de los reglamentos, casas de minis o autores (necesitaríamos un libro) es más bien una muestra, a grandes rasgos de los aspectos cruciales que hacen entender el avance en historia de este nuestro pequeño gran hobby.



LOS INICIOS EN LA ANTIGÜEDAD

A nadie se le escapa que el ajedrez y sus variantes orientales como el Shogi son en definitiva un wargame con miniaturas, poseen un alto grado de abstracción y no hay lugar para la casualidad, la sorpresa o la simple suerte, factores determinantes en cualquier conflicto real. En sí estos juegos posiblemente sean el producto de un wargame anterior, más fidedigno a un enfrentamiento campal y en un proceso de simplificación acabarían siendo a grosso modo lo que son en la actualidad.



LA EDAD MODERNA EL NACIMIENTO DEL WARGAME

El primer wargame que puede recibir este nombre con todas las de la ley fue creado por Helwig maestro de pajes del duque de Brunswick en 1780 su juego estaba influenciado por el ajedrez pero podía representar batallas campales en un tablero reticular de 1660 casillas. Si Helwig fue el primer creador de juego el primer aficionado fue el escocés John Clerk, coetáneo del reglamento de Helwig. Desde temprana edad intento alistarse en la armada de su graciosa majestad pero su familia no se lo permitió y acabo siendo un comerciante de Edimburgo, esta frustración le llevo a ser un gran teórico en temas de náutica militar, devoraba ávidamente todo el material relacionado con la guerra en el mar y comenzó fabricar modelos a escala de los buques de línea con los que representaba las batallas, se dice que acostumbraba a llevar dos pequeñas flotas en cada bolsillo y un reglamento, ciertamente recuerda bastante a lo que es un wargamer en la actualidad. Pero John Clerk entró en la leyenda de la náutica por ser el descubridor de la debilidad intrínseca en la formación de línea e hizo voz de sus descubrimientos en su libro Un ensayo de tácticas navales, el almirantazgo lo acogió con escepticismo pero algunos capitanes como Nelson se empaparon de él y el resto de esta historia se rubricó definitivamente en las costas gaditanas para escarnio de franceses y españoles. Por desgraciada no nos ha llegado ninguno de los sistemas de juego que empleaba Clerk para representar las batallas.



EDAD INDUSTRIAL

Corría el año 1824 y la leyenda de las campañas napoleónicas pesaba enormemente en las mentes de los teóricos como el famoso Kart von Clausewitz director de la escuela militar de Berlín, era una época de tensa paz y las necesidades de recrear batallas era crucial para los futuros mandos militares. El Barón von Reisswitz influenciado por la obra de Clausewitz De la guerra, ideó un wargame al que bautizó como Kriegspiel (juego de guerra) basando el juego sobre un mapa con miniaturas o fichas que representaban compañías, batallones y divisiones que se movían y combatían siguiendo las pautas de un reglamento regido por un árbitro, ayudado por tablas de probabilidad, se sabe que este juego proviene de uno anterior de 1811. Tras el Kriegspiel aparecieron otras publicaciones incluso basadas en campañas especificas como Anleitung zum Kriegsspiel de Von Tschischwitz publicado en 1862 sobre la invasión de Bohemia. Es durante este periodo cuando la afición sale de los círculos militares y se adentra en la sociedad civil burguesa tanto en Alemania, Holanda, Estados Unidos, Inglaterra y es precisamente en este último país donde se funda el primer club de wargames propiamente dicho el Oxford inside wargame club 1894-8, dentro de este primer club aparecieron personajes tan importantes como Fred T Jane creador de Ships of Fight en 1905 fue el primero en utilizar el metro para mover las miniaturas por el suelo de su comedor.



DEL PRINCIPIO DE SIGLO HASTA EL FINAL DE LA II GUERRA MUNDIAL

El siguiente paso para el hobby fue la publicación de Littel wars de 1911 de H.G. Wells y digo que es el siguiente paso porque es sin duda la primera publicación con intención de acercarse al público en general, su encuadernación estaba cuidada y como acompañamiento al título rezaba esta frase: “Un juego para niños de 12 a 150 años y para esa clase de chicas más inteligentes que gustan de juegos y libros de niños”, No se como se lo tomarían las chicas de la época, pero a las de ahora no les haría mucha gracia un eslogan como este. Pese a la intención populista de Wells se continuaron publicando juegos de profunda dificultad técnica como el juego de batallas navales de Flecher Pratt de 1940. Durante la II guerra mundial los wargames regresaron a las mesas de ensayo de los mandos tanto de los aliados como del eje. La campaña de Francia 1940, Barbarroja 1941 y las Ardenas 1944 fueron ensayadas con mapas y dioramas detalladísimos, entre los aficionados tenemos al canciller Adolf Hitler, que se le va ha hacer era wargamer. Un poco después es sabido que la marina japonesa ensayo un wargame de comité de la batalla de Midway y las consecuencias simuladas fueron tan nefastas para la armada nipona que el alto mando hizo trampas falseando el resultado, lo que llevo a confirmar el funesto vaticinio para la escuadra nipona que hizo aquella partida de wargame.



LA POSTGUERRA

Tras el conflicto mundial los clubes de wargames se reorganizaron y comenzaron a publicar reglamentos no solo se crearon de temática moderna, también vieron por primera vez la luz reglamentos basados en conflictos pretéritos: guerras napoleónicas, civil americana, edad media, fueron los primeros escenarios en aparecer, aunque hay que tener en cuenta que estos reglamentos solo eran empleados por un grupo reducido de aficionados casi en la estricta intimidad del club. En 1958 nacen las primeras miniaturas hechas con molde de goma pudiéndose producir modelos de plástico o plomo de mejor calidad y mucho más económicos lo que acerca la afición. Es en esta época cuando se hacen populares los wargames basados en mapas de hexágonos y fichas de cartón su principal creador fue Charles. S. Roberts fundador de la veterana Avalon Hill en 1952 con su primer juego Tactics, y su revisión Tactics II en 1958, Gettysburg, el día D entre otras muchas creaciones de esta prolífica editorial, el auge de los wargames de mapas y fichas de cartón fue espectacular relegando a un segundo plano la afición por las miniaturas, de todos modos los juegos basados en miniaturas también continuaron creciendo y obtuvieron su trozo del pastel.



LA ÉPOCA DORADA

Es el periodo que va del 1965-85 es conocida como la edad dorada, es en esta época cuando los wargames lograron el mayor reconocimiento social hasta el momento con un sin fin de publicaciones tanto en revistas como edición de juegos, se forma la semilla de los primeros torneos/convenciones como la IFW (international federation wargame) de 1966. Se realizan multitudinarias partidas por correspondencia, sí lector, con carta de papel, sello y a la a esperar impaciente dos semanitas o más la respuesta. En ese mismo año se publica Strategy&Tactics revista que a día de hoy sigue dando guerra.

Ciertamente en este hiperactivo periodo se asentaron las bases de lo que es el wargame actual precisamente fue cuando vio la luz de lo que sería el wargame histórico por excelencia el War Games Rules of wargames research group de Phil Braker cuya 1ª edición data del 1969 y desde sus primeros compases fue adoptada para los campeonatos de Ancient Games in the British National Wargames Championships, casi nada, buen comienzo para el que sería el reglamento por excelencia hasta el final de siglo con sus múltiples reediciones pese a la complejidad de sus reglas que abarcaban desde el 3000 aC hasta el 1485 dC, sus detractores aseguraban que cubría demasiados periodos pero no fue óbice para que no ser traducido en varios idiomas y se publicasen infinidad de listas, artículos y como no, formar el modelo para lo que serán los wargames del siguiente periodo.

Ya en el inicio de la década de los 70’s un tipo llamado Gary Gygax escribió un wargame al que llamó Chainmail, estaba basado en la alta edad media y era un wargame en el que cada jugador controlaba un guerrero, no un ejército, en este se detallaban aspectos como armas, armaduras y sus efectos en combate. Ciertamente Chainmail fue una pequeña revolución entre los wargames y una gran revolución para el mundo del juego en general pues Chainmail fue el embrión del Dungeons & Dragons el primer juego de rol, pero eso es otra historia.

¿Y mientras tanto en España que sucedía? Pues que en esta época salió a la venta el primer wargame nacional La Reconquista de Joaquim Pla i Dalmau en 1970.

Mientras los reglamentos aumentaban en calidad técnica el otro gran aspecto del hobby empezó a cambiar, las miniaturas, y es que en esta época la calidad de modelado mejoró notablemente, las escalas de juego se fijaron más o menos en los habituales 6mm, 15mm, 28mm y vieron la luz infinidad de marcas como Old glory, Essex, Citadel/foundry entre otras muchas marcas. Fue por entonces a mediados de la década de los ‘80s cuando unos colegas del reino unido llamados Rick Priestley, Bryan Ansell y los mellizos Alan y Michael Perry crearon Warhammer, y antes de que nadie se rasgue las vestiduras hay que entender lo que significa el fenómeno Gamesworkshop para el hobby en si mismo ya que la mayoría de los aficionados de la actualidad sobretodo en este país comenzaron su andadura en esto de la manita de Warhamer Fantasy Battels, la 1ª edición es del 1983, pese a ser un wargame basado en un mundo de fantasía poblado por elfos, enanos, orcos y todo un pastiche de naciones pseudo reales como el Imperio representando los lands alemanes del renacimiento o Bretonia que viene a ser la Francia feudal del SXIII, catapultó definitivamente los wargames y los colocó en boca de todos desbancando los wargames de tablero. Pero el culpable no fue en ningún caso Warhammer ni siquiera corrían en la misma competición, quien machacó a los wargames de tablero fue sin lugar a dudas los juegos de ordenador.



FINAL DE SIGLO

Fue a finales de los 80’s cuando aparecen los primeros wargames de ordenador, no entraremos en detalles sobre la calidad gráfica o los títulos publicados lo que sí es importante fue el impacto que tuvieron sobre el hobby, para los wargames de tablero fue un verdadero mazazo, los relegó al sectarismo de antes de la época dorada y solo volverán a ver la luz hasta finales de los 90’s en algunos casos con una concienzuda simplificación o reestructuración de reglas y ampliaciones, también porque no decirlo un lavado de cara en cuanto aspecto gráfico para hacerlo más acorde a los cánones de la época.

Si para los wargames de tablero fue una mala época para los wargames de miniaturas fue el despegue definitivo incluso se podría decir que la proyección de los wargames de PC y la implantación de internet acercó el mundo de los wargames de minis a mucha gente que por otro lado no tendría acceso. En esta época empiezan a perder fuelle los reglamentos complicados o excesivamente largos de jugar como Empire, en esta tónica el autor de War Games Rules, Phil Braker junto a Richard B Scott diseñaron en 1989 una simplificación del título antes mencionado conocida popularmente como DBM las siglas de De Bellis Multitudinis, inmediatamente se posicionó como el más jugado desde su publicación, gracias a la rapidez de su sistema de juego y la sencillez en la confección de listas para competir, desbancando a su antecesor en lo que número de acólitos, creándose competiciones fijas e internacionales. Al DBM le salieron hijos como el DBR o el bizarro DBN. Mientras tanto Warhammer seguía creciendo abriendo tiendas por todo el mundo con una política de ventas agresiva, en esta época decir que eras aficionado a los wargames, para el común de los mortales, sinónimo de jugar Warhammer provocaba el rechinar de dientes de la vieja guardia. No hay mal que por bien no venga ya que cuanto más desagradable era la actitud prepotente de Gamesworkshop más jugadores se pasaban al wargame histórico, esta misma inquietud la supieron captar los creadores del original Warhammer fantasy battels, Rick Priestley y algunos más de la factoría Gamesworkshop en 1998 adaptaron el famoso reglamento (tampoco se rompieron los cuernos) para recrear batallas históricas nacía así Warhammer Ancients Battels, WAB para los amigos, ciertamente en nuestro país no ha acabado de cuajar pero en el mundo anglosajón sus partidarios son legión manteniendo una prolífica cantidad de títulos relacionados con la franquicia.

A comienzos de la década de los 90’s se inaugura una nueva etapa en las convenciones, es la primera edición de Salute tal como lo conocemos ahora, claro que el asunto ha ido cambiado, creciendo y hasta su emplazamiento es otro, es en esta época cuando el evento por excelencia del mundillo, Salute, toma un carácter más maduro y profesional. Por otra parte no ha parado de crecer el numero de clubes o asociaciones en todo el panorama nacional, capaces de organizar eventos realmente interesantes y que se repiten año tras años con una afluencia más que aceptable. Se crean nuevos reglamentos de cuño español de confección amateur aunque de una calidad innegable como el Serrez les rangs o Plomo & Salitre ambos de temática napoleónica, el primero en tierra y otro en el mar.

Pero que sucede con las miniaturas, ciertamente las ventas de minis son el catalizador del hobby lo que nos lleva a la conclusión de que esta época en cuanto a minis históricas tiene un nombre estrella, Foundry, por supuesto nos referimos en 28mm ya que en las otras medidas la cosa estuvo más repartida. Lo que es innegable es que Foundry saturó el mercado y dejó al resto de firmas apretujadas en el exiguo pasillo de periodos que dejaba el prolífico catálogo de Foundry sin cubrir, ciertamente el estilo de los escultores de Foundry como Marc Copelstone o los ya mencionados Perry marcarían un antes y un después en el estilo de las miniaturas en el futuro más inmediato. El imperio de Fondry duró hasta que la misma marca murió de éxito acabando con una desbandada de creativos, si es cierto que Foundry no murió (gracias a los dioses del metal blanco) ni mucho menos, pero al final de este periodo ya no será la marca casi exclusiva de 28mm y dará lugar a la proliferación de un montón de nuevas firmas.

CONCLUSIÓN

Este artículo ha repasado lo que ha sido el wargame de minis desde sus inicios hasta más o menos el final del S XX, exponiendo aquellas cosas que han ido condicionando este nuestro hobby.

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