INTRODUCCÓN
Para
los aficionados a este mundillo
conocer la historia bélica de la humanidad es una parte crucial del
hobby, muchos conocen al dedillo campañas enteras de Napoleón, de
Alejandro Magno o del bueno de Monty. Pero tras indagar un poquito,
preguntar por aquí y por allá te das cuenta que conocemos el hobby
pero no tenemos ni idea de donde viene. Este artículo nace con la
intención de arrojar un poco de luz sobre la historia misma del
wargame, no es una enumeración de todos y cada uno de los
reglamentos, casas de minis o autores (necesitaríamos un libro) es
más bien una muestra, a grandes rasgos de los aspectos cruciales que
hacen entender el avance en historia de este nuestro pequeño gran
hobby.
LOS
INICIOS EN LA ANTIGÜEDAD
A
nadie se le escapa que el ajedrez y sus variantes orientales como el
Shogi son en definitiva un wargame con miniaturas, poseen un alto
grado de abstracción y no hay lugar para la casualidad, la sorpresa
o la simple suerte, factores determinantes en cualquier conflicto
real. En sí estos juegos posiblemente sean el producto de un wargame
anterior, más fidedigno a un enfrentamiento campal y en un proceso
de simplificación acabarían siendo a grosso modo lo que son en la
actualidad.
LA
EDAD MODERNA EL NACIMIENTO DEL WARGAME
El
primer wargame que puede recibir este nombre con todas las de la ley
fue creado por Helwig maestro de pajes del duque de Brunswick en 1780
su juego estaba influenciado por el ajedrez pero podía representar
batallas campales en un tablero reticular de 1660 casillas. Si Helwig
fue el primer creador de juego el primer aficionado fue el escocés
John Clerk, coetáneo del reglamento de Helwig. Desde temprana edad
intento alistarse en la armada de su graciosa majestad pero su
familia no se lo permitió y acabo siendo un comerciante de
Edimburgo, esta frustración le llevo a ser un gran teórico en temas
de náutica militar, devoraba ávidamente todo el material
relacionado con la guerra en el mar y comenzó fabricar modelos a
escala de los buques de línea con los que representaba las batallas,
se dice que acostumbraba a llevar dos pequeñas flotas en cada
bolsillo y un reglamento, ciertamente recuerda bastante a lo que es
un wargamer en la actualidad. Pero John Clerk entró en la leyenda de
la náutica por ser el descubridor de la debilidad intrínseca en la
formación de línea e hizo voz de sus descubrimientos en su libro Un
ensayo de tácticas navales,
el almirantazgo lo acogió con escepticismo pero algunos capitanes
como Nelson se empaparon de él y el resto de esta historia se
rubricó definitivamente en las costas gaditanas para escarnio de
franceses y españoles. Por desgraciada no nos ha llegado ninguno de
los sistemas de juego que empleaba Clerk para representar las
batallas.
EDAD
INDUSTRIAL
Corría
el año 1824 y la leyenda de las campañas napoleónicas pesaba
enormemente en las mentes de los teóricos como
el famoso Kart von Clausewitz director de la escuela militar de
Berlín, era una época de tensa paz y las necesidades de recrear
batallas era crucial para los futuros mandos militares. El Barón von
Reisswitz influenciado por la obra de Clausewitz De
la guerra,
ideó un wargame al que bautizó como Kriegspiel
(juego de guerra) basando el juego sobre un mapa con miniaturas o
fichas que representaban compañías, batallones y divisiones que se
movían y combatían siguiendo las pautas de un reglamento regido por
un árbitro, ayudado por tablas de probabilidad, se sabe que este
juego proviene de uno anterior de 1811. Tras el Kriegspiel
aparecieron otras publicaciones incluso basadas en campañas
especificas como Anleitung
zum Kriegsspiel
de Von Tschischwitz publicado en 1862 sobre la invasión de Bohemia.
Es durante este periodo cuando la afición sale de los círculos
militares y se adentra en la sociedad civil burguesa tanto en
Alemania, Holanda, Estados Unidos, Inglaterra y es precisamente en
este último país donde se funda el primer club de wargames
propiamente dicho el Oxford
inside wargame club
1894-8, dentro de este primer club aparecieron personajes tan
importantes como Fred T Jane creador de Ships of Fight en 1905 fue el
primero en utilizar el metro para mover las miniaturas por el suelo
de su comedor.
DEL
PRINCIPIO DE SIGLO HASTA EL FINAL DE LA II GUERRA MUNDIAL
El
siguiente paso para el hobby fue la publicación de Littel
wars
de 1911 de H.G. Wells y digo que es el siguiente paso porque es sin
duda la primera publicación con intención de acercarse al público
en general, su encuadernación estaba cuidada y como acompañamiento
al título rezaba esta frase: “Un
juego para niños de 12 a 150 años y para esa clase de chicas más
inteligentes que gustan de juegos y libros de niños”,
No se como se lo tomarían las chicas de la época, pero a las de
ahora no les haría mucha gracia un eslogan como este. Pese a la
intención populista de Wells se continuaron publicando juegos de
profunda dificultad técnica como el juego de batallas navales de
Flecher Pratt de 1940. Durante la II guerra mundial los wargames
regresaron a las mesas de ensayo de los mandos tanto de los aliados
como del eje. La campaña de Francia 1940, Barbarroja 1941 y las
Ardenas 1944 fueron ensayadas con mapas y dioramas detalladísimos,
entre los aficionados tenemos al canciller Adolf Hitler, que se le va
ha hacer era wargamer. Un poco después es sabido que la marina
japonesa ensayo un wargame de comité de la batalla de Midway y las
consecuencias simuladas fueron tan nefastas para la armada nipona que
el alto mando hizo trampas falseando el resultado, lo que llevo a
confirmar el funesto vaticinio para la escuadra nipona que hizo
aquella partida de wargame.
LA
POSTGUERRA
Tras
el conflicto mundial los clubes de wargames se reorganizaron y
comenzaron a publicar reglamentos no solo se crearon de temática
moderna, también vieron por primera vez la luz reglamentos basados
en conflictos pretéritos: guerras napoleónicas, civil americana,
edad media, fueron los primeros escenarios en aparecer, aunque hay
que tener en cuenta que estos reglamentos solo eran empleados por un
grupo reducido de aficionados casi en la estricta intimidad del club.
En 1958 nacen las primeras miniaturas hechas con molde de goma
pudiéndose producir modelos de plástico o plomo de mejor calidad y
mucho más económicos lo que acerca la afición. Es en esta época
cuando se hacen populares los wargames basados en mapas de hexágonos
y fichas de cartón su principal creador fue Charles. S. Roberts
fundador de la veterana Avalon Hill en 1952 con su primer juego
Tactics, y su revisión Tactics II en 1958, Gettysburg, el día D
entre otras muchas creaciones de esta prolífica editorial, el auge
de los wargames de mapas y fichas de cartón fue espectacular
relegando a un segundo plano la afición por las miniaturas, de todos
modos los juegos basados en miniaturas también continuaron creciendo
y obtuvieron su trozo del pastel.
LA
ÉPOCA DORADA
Es
el periodo que va del 1965-85
es conocida como la edad dorada, es en esta época cuando los
wargames lograron el mayor reconocimiento social hasta el momento con
un sin fin de publicaciones tanto en revistas como edición de
juegos, se forma la semilla de los primeros torneos/convenciones como
la IFW (international federation wargame) de 1966. Se realizan
multitudinarias partidas por correspondencia, sí lector, con carta
de papel, sello y a la a esperar impaciente dos semanitas o más la
respuesta. En ese mismo año se publica Strategy&Tactics
revista que a día de hoy sigue dando guerra.
Ciertamente
en este hiperactivo
periodo se asentaron las bases de lo que es el wargame actual
precisamente fue cuando vio la luz de lo que sería el wargame
histórico por excelencia el War
Games Rules of wargames research group
de Phil Braker cuya 1ª edición data del 1969 y desde sus primeros
compases fue adoptada para los campeonatos de Ancient Games in the
British National Wargames Championships, casi nada, buen comienzo
para el que sería el reglamento por excelencia hasta el final de
siglo con sus múltiples reediciones pese a la complejidad de sus
reglas que abarcaban desde el 3000 aC hasta el 1485 dC, sus
detractores aseguraban que cubría demasiados periodos pero no fue
óbice para que no ser traducido en varios idiomas y se publicasen
infinidad de listas, artículos y como no, formar el modelo para lo
que serán los wargames del siguiente periodo.
Ya
en
el inicio de la década de los 70’s un tipo llamado Gary Gygax
escribió un wargame al que llamó Chainmail,
estaba basado en la alta edad media y era un wargame en el que cada
jugador controlaba un guerrero, no un ejército, en este se
detallaban aspectos como armas, armaduras y sus efectos en combate.
Ciertamente Chainmail
fue
una pequeña revolución entre los wargames y una gran revolución
para el mundo del juego en general pues Chainmail
fue el embrión del Dungeons
& Dragons
el primer juego de rol, pero eso es otra historia.
¿Y
mientras tanto en España que sucedía? Pues que en esta época
salió a la venta el primer wargame nacional La Reconquista de
Joaquim Pla i Dalmau en 1970.
Mientras
los reglamentos aumentaban en calidad técnica el otro gran aspecto
del hobby empezó a cambiar,
las miniaturas, y es que en esta época la calidad de modelado mejoró
notablemente, las escalas de juego se fijaron más o menos en los
habituales 6mm, 15mm, 28mm y vieron la luz infinidad de marcas como
Old glory, Essex, Citadel/foundry entre otras muchas marcas. Fue por
entonces a mediados de la década de los ‘80s cuando unos colegas
del reino unido llamados Rick
Priestley,
Bryan Ansell y los mellizos
Alan
y Michael Perry
crearon Warhammer,
y antes de que nadie se rasgue las vestiduras hay que entender lo que
significa el fenómeno Gamesworkshop para el hobby en si mismo ya que
la mayoría de los aficionados de la actualidad sobretodo en este
país comenzaron su andadura en esto de la manita de Warhamer
Fantasy Battels,
la 1ª edición es del 1983, pese a ser un wargame basado en un mundo
de fantasía poblado por elfos, enanos, orcos y todo un pastiche de
naciones pseudo reales como el Imperio representando los lands
alemanes del renacimiento o Bretonia que viene a ser la Francia
feudal del SXIII, catapultó definitivamente los wargames y los
colocó en boca de todos desbancando los wargames de tablero. Pero el
culpable no fue en ningún caso Warhammer
ni siquiera corrían en la misma competición, quien machacó a los
wargames de tablero fue sin lugar a dudas los juegos de ordenador.
FINAL
DE SIGLO
Fue
a finales de los 80’s cuando aparecen los primeros wargames
de ordenador, no entraremos en detalles sobre la calidad gráfica o
los títulos publicados lo que sí es importante fue el impacto que
tuvieron sobre el hobby, para los wargames de tablero fue un
verdadero mazazo, los relegó al sectarismo de antes de la época
dorada y solo volverán a ver la luz hasta finales de los 90’s en
algunos casos con una concienzuda simplificación o reestructuración
de reglas y ampliaciones, también porque no decirlo un lavado de
cara en cuanto aspecto gráfico para hacerlo más acorde a los
cánones de la época.
Si
para los wargames de tablero fue una mala época para los wargames de
miniaturas fue el despegue definitivo incluso se podría decir que la
proyección de los wargames de PC y la implantación de internet
acercó el mundo de los wargames de minis a mucha gente que por otro
lado no tendría acceso. En esta época empiezan a perder fuelle los
reglamentos complicados o excesivamente largos de jugar como Empire,
en esta tónica el autor de War
Games Rules,
Phil Braker
junto a Richard B Scott diseñaron en 1989 una simplificación del
título antes mencionado conocida popularmente como DBM las siglas de
De
Bellis Multitudinis,
inmediatamente se posicionó como el más jugado desde su
publicación, gracias a la rapidez de su sistema de juego y la
sencillez en la confección de listas para competir, desbancando a su
antecesor en lo que número de acólitos, creándose competiciones
fijas e internacionales. Al DBM le salieron hijos como el DBR o el
bizarro DBN. Mientras tanto Warhammer
seguía creciendo abriendo tiendas por todo el mundo con una política
de ventas agresiva, en esta época decir que eras aficionado a los
wargames, para el común de los mortales, sinónimo de jugar
Warhammer
provocaba el rechinar de dientes de la vieja guardia. No hay mal que
por bien no venga ya que cuanto más desagradable era la actitud
prepotente de Gamesworkshop más jugadores se pasaban al wargame
histórico, esta misma inquietud la supieron captar los creadores del
original Warhammer
fantasy battels,
Rick
Priestley
y algunos más de la factoría Gamesworkshop en 1998 adaptaron el
famoso reglamento (tampoco se rompieron los cuernos) para recrear
batallas históricas nacía así Warhammer Ancients Battels, WAB para
los amigos, ciertamente en nuestro país no ha acabado de cuajar pero
en el mundo anglosajón sus partidarios son legión manteniendo una
prolífica cantidad de títulos relacionados con la franquicia.
A
comienzos de la década de los 90’s se inaugura una nueva etapa en
las convenciones, es la primera edición de Salute tal como lo
conocemos ahora, claro que el asunto ha
ido cambiado, creciendo y hasta su emplazamiento es otro, es en esta
época cuando el evento por excelencia del mundillo, Salute, toma un
carácter más maduro y profesional. Por otra parte no ha parado de
crecer el numero de clubes o asociaciones en todo el panorama
nacional, capaces de organizar eventos realmente interesantes y que
se repiten año tras años con una afluencia más que aceptable. Se
crean nuevos reglamentos de cuño español de confección amateur
aunque de una calidad innegable como el Serrez
les rangs
o Plomo
& Salitre
ambos de temática napoleónica, el primero en tierra y otro en el
mar.
Pero
que sucede con las miniaturas, ciertamente las ventas de minis son el
catalizador del hobby lo que nos lleva a la conclusión de que esta
época en cuanto a minis históricas tiene un nombre estrella,
Foundry, por supuesto nos referimos en 28mm ya que en las otras
medidas la cosa estuvo más repartida. Lo que es innegable es que
Foundry saturó el mercado y dejó al resto de firmas apretujadas en
el exiguo pasillo de periodos que dejaba el prolífico catálogo de
Foundry sin cubrir, ciertamente el estilo de los escultores de
Foundry como Marc Copelstone o los ya mencionados Perry marcarían un
antes y un después en el estilo de las miniaturas en el futuro más
inmediato. El imperio de Fondry duró hasta que la misma marca murió
de éxito acabando con una desbandada de creativos, si es cierto que
Foundry no murió (gracias a los dioses del metal blanco) ni mucho
menos, pero al final de este periodo ya no será la marca casi
exclusiva de 28mm y dará lugar a la proliferación de un montón de
nuevas firmas.
CONCLUSIÓN
Este
artículo ha repasado lo que ha sido el wargame de minis desde sus
inicios hasta más o menos el final del S XX, exponiendo aquellas
cosas que han ido condicionando este nuestro hobby.
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