martes, 2 de septiembre de 2014

DE VIAJE POR WARMACHINELANDIA I


¡Saludos generales!

Lo cierto es que llevo una temporada con esto bastante parado, no será por ganas de escribir cosas pero me ha sido arto difícil plantear temas interesantes o que no estén más que trillados.
En este blog ha tratado hasta ahora, casi en exclusividad, de wargames históricos y muy especialmente acerca de Impetvs. Pero en este curso inicio mi andadura en un wargame de miniaturas en las antípodas a lo que he jugado últimamente, será la edad, será el Guaraná pero me ha dado por Warmachine. Creo que tenía ganas de empezar a jugar y pintar algo sumamente freak (por lo menos en mi entorno) e introducirme en solitario a golpe de compra pseudocompulsiva, vamos como compraba mis primeras minis de Rough Trader allá en las postrerías de los 80's...snif, snif que recuerdos.
Entre los aspirantes a dicha iniciativa freak me rondaban Maliflux, Drop zone Commander o Infinity, son grandes juegos con una interesante ambientación lejos de los históricos. Pero todos se fueron descartando por los motivos más variopintos y menos coherentes que se puedan imaginar, ni siquiera el factor económico fue una variable sería a tener en cuenta. Elegí comenzar con Warmachine por el simple motivo de que me molaron algunas miniaturas, a lo flipadillo, todo muy adulto y sopesado. El rollo mediaval-steampunk me enamoró.
Así que he comenzado comprándome dos cajas de Battlegroup, en estas cajas vienen tres o cuatro figuras (no es literal si digo tres solo vienen tres) Un Warcast y dos o tres Warjacks, que luego explicaré. Con este material se puede hacer una primera partida introductoria, cosa buena porque tengo ganas de que este proyecto marche lo más rápido posible. En mi primera incursión a Goblin Trader me gasté unos 100€ entre las dos cajas, pinceles y pinturillas varias que me faltaban.


Primera impresión en comparativa con las minis históricas la fantasía y la CiFi sale más cara que la realidad, pero como estoy de subidón y tampoco es que pretenda hacerme un mega ejército Khador (ya explicaré que leches es Khador) pues será tolerable. De hecho mi idea inicial es completar dos mini ejércitos de dos facciones para poder liar a algún colega incauto.

Palabrejas en el mundo de los reinos de hierro.
Como novato total sobre Warmachine descubrí que iba estrechamente ligada a otro juego Hordes y posteriormente me enteré de que son lo mismo, que se puede jugar con minis de warmachine u Hordes sin problema. Si me permitís el símil con Workshop sería como si Warhammer fantasy y 40K compartiesen reglamento y pudiesen repartirse castañas, a priori puede parecer extraño pero la ambientación steampunk y la medieval fantástica casan relativamente bien tanto a nivel juego como de ambientación. Los señores de Privateer Press (el GamesWorkshop de warmachine &Hordes) han diseñado reglas especiales que en mi total novatez parece que funcionan y ¡evualá! Un troll se pega con un engendro mecánico y aquí no pasa nada.
Estos son los logos de los dos juegos

 
Pero lo cierto es que tendría que ser así
Pero no desvío más el tema de Warmachine y os cuento a grandes rasgos de que me voy enterando (todo esto son cosas no contrastadas, a efectos prácticos confesiones de un novato por lo que os pido un ejercicio de sano escepticismo).
Resulta que hubo una gran guerra contra el “mal” y la cosa no marchaba bien así que las diferentes facciones se aliaron para construir los Warjacks colosales (me recuerda a Pacific Rim), eran máquinas controladas por la mente de los Warcast que son una especie de tecno-magos, recordad a estos tipos porque el eje de cualquier ejército Warmachine, con sus poderes son capaces de controlar a los robots warjacks impulsados por magia y vapor. El tiempo pasó y con la derrota del “mal” las diferentes facciones olvidaron como se construían los megacolosos de acero y vapor, ejem…no del todo porque he visto un mazacote de cien napos que es un pedazo bicharraco, creo que Warmachine también sufre del mal del gamusino*. Conclusión empezaron a pelearse entre ellas hasta que el “mal” ha regresado y hasta aquí puedo explicar.
Y aquí concluyo mi primera introducción al fascinante mundo del novato en los reinos de hierro, en sucesivos artículos iré desgranando los prolegómenos de esta chaladura que me ha dado explicando tanto cuestiones referentes a la calidad de las minis, pintado, reglas, ambientación y por supuesto las impresiones en nuestra primera partida.

*El conocido mal del gamusino: para aquellos que no esteis familiarizados con la jerga de los wargames (concretamente para los de F y CiFi) consiste en que las marcas crean un bicho, monstruo, héroe o lo que sea más guay que todo lo anterior y que machaca el juego con un claro mensaje “si no lo tienes tu ejército es una chufa” así que el descerebrado fan corre raudo a hacerse con el nuevo portento, con lo que la marca obtiene fáciles beneficios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario