jueves, 30 de octubre de 2014

DE VIAJE POR WARMACHINELANDA 4: Batalla




KHADOR Y EL PASAPURÉS SKORNE: Mi primera partida.


¡Saludos generales!

La primera batalla se ha hecho esperar. Ha sido posible mediante la mediación de los chicos de la tienda Plan B de Gràcia (Barcelona). Los cuales moderan un chat de whatsapp donde una Pléyade de jugadores van quedando desde esta plataforma. Una vez hube acabado de pintar mis minis convoqué a alguno los participantes del chat si tenía a bien de batirse contra mis valerosos khadorianos. Entre sus filas se prestó Carlus para quedar conmigo y hacer una partida introductoria a 25 puntos.
Abro una explicación novatil; las partidas a Warmahordes son por lo general a 50 puntos, así que os podéis hacer a la idea de que con la mitad de puntos sería suficiente para no perderse…demasiado.
Preparé mi lista con lo que tenía y lo cierto es que por pura chiripa llegaba justo a la cantidad de puntos acordada. Como no sabía (ni sé) jugar pues no tenía mucha importancia saber contra que me iba a enfrentar.
Mis chicos listos pa las hostias
Llego el día de la partida, una cordial taza de café + croissant con mi contrincante en la cafetería cercana y nos pusimos al tanto de nuestro currículum lúdico-freak. Tras lo cual nos dirigimos a campo de batalla donde descubrí que me enfrentaba a Skorne los esclavistas de Hordes.
Lo primero que me llamó la atención fue la cantidad minis que desplegaba mi contrincante, pensé que si su ejército era tan grande sería flojucho, craso error. En Warmahordes aprendes de la forma más cruda que los errores se pagan y este fue el primero de tantos que cometí esa mañana.
Después de desplegar, en este juego a no ser que haya objetivos el despliegue no tiene mucho secreto, los dos primeros turnos fueron relativamente tranquilos y como yo era el único con armas de tiros pues mejor para mí (patito, patito, patito). Situé a mis dos warjacks Juggernaut y Destroyer listos para recibir la carga de los titanes de Skorne. Y en ese preciso momento comenzó mi ruina.
Explicándolo de forma sencilla: Los dos bichos de skorne son unas máquinas de picar carne de primera magnitud (o metal como sería en mi caso al llevar Khador); mi contrincante tras finalizar la partida me confeso que uno “de sus muchachos” fue capaz de liquidar un gargantuan del círculo de Orboros un pedazo golem de piedra enorme. Hecho el inciso comienzo a narrar los acontecimientos. Me comenzaron a caer tortas como panes y ambos warjacks quedaron destrozados en un pim, pam, pum. No aguantaron más de una ronda de tortas y yo venga a tachar cuadritos cual abuelo que está de racha en el bingo.
Así que como primer Warmaconsejo “A la que puedas SIEMPRE carga” no permitas que el otro lo haga primero en la medida de las posibilidades tácticas. Otra cosa que me llamó la atención es que a diferencia de los warjacks las bestias no tienen que poner los puntos de furia (furia para Hordes, similar al focus de Warmachine) al principio del turno es la bestia la que se fuerza y el brujo el que va captando esa mala leche del bicho (furia) así pues los jugadores de Hordes pueden forzar a sus bichos ad hoc sin necesidad de planificar como los caster de Warmachine.
Que viene los malos!!


Una vez liquidados los dos warjacks y por culpa de mi inexperiencia dejé a mi warjack Spriggan demasiado lejos como para poder contracargar y por lo menos llevarme un titán por delante como consolación. Así que me tuve que conformar con acabar de arrasar una unidad de mi contrario hasta el terrible desenlace. Todo acabo con la muerte de Sorscha que cargó valientemente (por no decir estúpidamente) en un intento fútil de matar a una de las dos bestias.





CONCLUSIONES
Pese a la bestial derrota me fui con buenas sensaciones. La mecánica del juego es muy sencilla y terriblemente brutal lo que el juego se vuelve ágil, pese a mi falta de rodaje pude entrever la importancia que los jugadores más avezados apuntan en foros y corrillos: El uso sistemático de los combos y los potenciadores; ya sea a modo de tropas que añaden o restan habilidades, los conjuros o armas especiales. Y es que en Warmahordes quien más y quien menos tiene algo que ayuda a lograr ventaja frente al oponente.
Otra conclusión que pude extraer es que Hordes posee una dinámica más intuitiva, como antes comentaba, lo cual está en sintonía con mi forma de jugar mucho más que el sistema de Warmachine en la que prima la capacidad previsora del jugador a la hora de repartir los puntos de focus. 

Huy huy lo que se me viene encima




Mis dos warjacks destrozados hasta el reciclaje.

2 comentarios: